El que nunca fue.

En el ante último año del colegio mi colegio organiza un viaje, a un campo propiedad del colegio en las afueras de Buenos Aires. Los alumnos que están terminando son los animadores de este viaje. El motivo del viaje no lo conozco muy bien, es algo así como conocerte mejor a vos mismo, conocer mejor a tus compañeros, plantearte interrogantes, pensar en tu futuro, etc.



Para empezar te separan en grupos de 8 personas, los grupos los organizan los profesores, jamás te toca con tus mejores amigos, la idea es que conozcas mejor a la gente con la que normalmente no habas mucho. Cada grupo tiene dos coordinadores un chico y una chica.


Yo me enamore perdidamente de mi coordinador, Rodrigo, mis amigas se dieron cuenta antes que yo misma. Incluso las mamas de mis amigas se dieron cuenta cuando me vieron hablando con él cuando bajábamos del micro. Sí, soy obvia.


A la semana de volver del viaje todos mis compañeros estaban al tanto de mi enamoramiento. No porque yo les haya contado sino porque me veían hablar con él, y como dije me gustaba tanto que al parecer era imposible ocultarlo.

Con Rodrigo nos vimos fuera de colegio, en una salida que organizamos, en cumpleaños, y en fiestas de egresados. Siempre que nos veíamos fuera del colegio y había música, siempre bailábamos, también hablábamos un montón.

Cuestión que con él nunca pasó nada, yo jamás le dije que me gustaba pero era tan obvio que creo que lo sabía, él jamás intento nada, solo me tiro algunos palos pero nada demasiado obvio. Así que así quedo como una cuota pendiente que jamás voy a cumplir.

Meses después de que él terminara el colegio lo volvía a ver y todavía me movía el piso. Ahora hacía bastante que no lo veía, hasta que me lo encontre en la fiesta,  por facebook me habia enterado de una (ex) novia.


Rodrigo quedo grabado en mi vida como el que nunca fue.